domingo, julio 25, 2010

Guayaquil, 475 años después

Hoy se celebran los 475 años de la fundación de Guayaquil, por mi parte espero que la gente recuerde lo que realmente implica conmemorar esta fecha importante para todos los que habitamos en esta ciudad y no lo hagan por motivos pobremente fundamentados como lo es asumir un bando según las ideologías políticas de cada uno.

Honren a Guayaquil por ser una ciudad símbolo, bastión de la libertad y el progreso, no porque su presidente o alcalde compitan por la atención de un pueblo cada vez más dividido gracias al odio y resentimiento social, que tristemente se ha incentivado por parte de quien nos gobierna a través de campañas agresivas y generalizadoras tratando de culpar a todos aquellos que no comparten su ideología socialista.

Muy pocos jóvenes recuerdan como era Guayaquil antes de la administración de Febres-Cordero y Nebot y es muy probable que sólo recuerden a un Guayquil siempre limpio y ordenado con una sociedad productiva y dedicada a crecer económicamente gracias a su propio impulso pues les informo que no siempre fue así y hubo mucho trabajo por hacer para tener la ciudad que actualmente tenemos. Creo que si hay algo que les debemos a ellos fuera de las ideologías políticas es gratitud y respeto por su trabajo realizado en pro de la ciudad sin querer apropiarse de la misma y acaparar sus recursos de una manera impositiva.

Recuerden que ser guayaquileño no implica parcializarnos por nuestra figura política favorita, es sentir gratitud por una ciudad que nos ha permitido a cada uno de nosotros vivir con ciertas libertades y poder aprovechar las oportunidades de vivir bien y dar algo a cambio por nuestra ciudad.

Por ese motivo creo que es mejor celebrar 475 años de libertad y lucha constante con la visión de la ciudad del gran Héctor Napolitano.


¡VIVA GUAYAQUIL!

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