La ofrenda del fósforo

Los domingos suelen ser días bastante predecibles y rutinarios, pero siempre llega el evento que se convierte en excepción a la regla. Un domingo en el que salí a una gasolinera cerca de mi casa tuve un encuentro que hasta el día de hoy sigo tratando de entender. 

Después de pagar por la gasolina, una señora se me acercó de la nada para contarme de su "misión" y como yo era parte de su plan... Después de escuchar estas palabras solo vino a mi mente "esta señora es de alguna secta secreta y quiere mis riñones", a pesar de mi paranoia justificada por tanta noticia sobre delincuencia y crimenes pasionales que vemos en la prensa decidí escucharla. 

Mientras cubría mis riñones con mis brazos y permutaba las distintas formas de conseguir objetos contundentes a mi alrededor en caso de aplicar la defensa propia, esta señora comenzó con su discurso. Tengo un vago recuerdo pero era algo como... 

Verás hijito, no quiero molestarte pero necesito conversar contigo... Yo estoy en una misión y quiero que seas parte de ella, mira... Hagamos algo, ¿qué harías si te doy este fósforo? Pero no es un fósforo cualquiera, este fósforo tiene mi vida... Ahora, dime ¿qué harías si te doy este fósforo que representa mi vida? ¿qué me darías a cambio de mi vida? Cuéntame hijito, ¿qué estarías dispuesto a darme a cambio de MI VIDA?

Al escuchar la insistencia de su solicitud, pensé que mis riñones era lo último que esta distinguida señora quería de mi parte. Mientras pensaba en 10 maneras distintas de escaparme sin que me mate en nombre de Lucifer buscaba las palabras adecuadas para evadir una situación aún más complicada e inverosimil de la que ya estaba asi que decidí cortar por lo sano y responder con una pregunta.

¿Y yo para qué voy a querer su vida? Mejor digame lo que necesita o qué le hace falta y veo como la ayudo. No me venga con esos acertijos y sea clara señora.

A lo que la señora, con claras señales de frustración y una posible emanación de azufre de su cuerpo respondió:

No me entiendes, te estoy ofreciendo mi vida. MI VIDA y tienes que darme algo a cambio... Dime qué me darías a cambio por MI VIDA.

Antes que ella empiece a hablar en lenguas antiguas preferí quedar como un mal educado y decirle: 

A ver señora, sigo sin entender su necesidad de ofrecerme su vida en un fósforo. Pero si hubiese algo que le daría por su fósforo serían las gracias, pero no sabría qué hacer con su vida bajo mi responsabilidad ¿está consciente de lo que me pide?

Una vez llegado a ese punto de inflexión en el que sus ojos llenos de sangre y evidentes signos de frustración, la señora me dijo: 

¡TIENE QUE HABER ALGO MÁS QUE ME PUEDAS DAR A CAMBIO DE MI VIDA! ¡¿QUÉ ME PUEDES DAR?! ¡DAME ALGO!

Lo único que logre hacer mientras la señora acercaba su fósforo lleno de escopolamina (estoy especulando) hacia mi fue meter mi mano en el bolsillo derecho, agarrar 2 monedas y gritar: 

¡SOLO TENGO UN PAR DE MONEDAS! ¡LLÉVESELAS Y DEJE MI ALMA EN PAZ!

La señora vio las monedas depositadas en su mano, subió la mirada lentamente y con una expresión llena de decepción me dijo: 

Está bien, aceptaré tus monedas... Pero yo quería algo más de ti, espero que entiendas algún día.

No dejé que termine de despreciar mi versión ridícula de un acuerdo Faustiano y me subí en mi carro para escaparme de ella y la situación. Vin Diesel fue un amateur junto a mi ese momento. 

Así fue como USD$0,50 salvaron mi vida de una situación probablemente relacionada con sectas, sacrificios humanos o quizás la peor colecta pública que he visto en mi vida. 


En retrospectiva lo único que quise saber era la razón o el significado del fósforo en su ofrenda de su vida y si ella esperaba que yo le responda igualmente con mi vida y eso representaba entregarle mi alma según la creencia cristiana o si nos alejamos un poco de la ficción, ¿sería esta una nueva forma de tratar de reclutar gente para nuevas religiones?


Se nota que ella no conoció la historia de Bart Simpson y las fichas de Alf.

El fósforo no sobrevivió a esta historia y quién sabe cuántos habrán sido víctimas de algo que nunca sabré que quiso decir en su ofrenda.